martes, 17 de julio de 2012

¿Por qué Zenarruza? (1)

Siempre me ha gustado especialmente el Evangelio según San Marcos. Os pongo un texto bastante significativo para mí:
 
Y llegaron al otro lado del mar, a la región de los gerasenos. Apenas saltó de la barca, vino a su encuentro, de entre los sepulcros, un hombre con espíritu inmundo que moraba en los sepulcros y a quien nadie podía ya tenerle atado ni siquiera con cadenas, pues muchas veces le habían atado con grillos y cadenas, pero él había roto las cadenas y destrozado los grillos, y nadie podía dominarle. Y siempre, noche y día, andaba entre los sepulcros y por los montes, dando gritos e hiriéndose con piedras. Al ver de lejos a Jesús, corrió y se postró ante él y gritó con gran voz: «¿Qué tengo yo contigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Te conjuro por Dios que no me atormentes.» Es que él le había dicho: «Espíritu inmundo, sal de este hombre.» Y le preguntó: «¿Cuál es tu nombre?» Le contesta: «Mi nombre es Legión, porque somos muchos.» Y le suplicaba con insistencia que no los echara fuera de la región. Había allí una gran piara de puercos que pacían al pie del monte; y le suplicaron: «Envíanos a los puercos para que entremos en ellos.» Y se lo permitió. Entonces los espíritus inmundos salieron y entraron en los puercos, y la piara - unos 2.0000 se arrojó al mar de lo alto del precipicio y se fueron ahogando en el mar. 
Los porqueros huyeron y lo contaron por la ciudad y por las aldeas; y salió la gente a ver qué era lo que había ocurrido. Llegan donde Jesús y ven al endemoniado, al que había tenido la Legión, sentado, vestido y en su sano juicio, y se llenaron de temor. Los que lo habían visto les contaron lo ocurrido al endemoniado y lo de los puercos. Entonces comenzaron a rogarle que se alejara de su término. 
Y al subir a la barca, el que había estado endemoniado le pedía estar con él. Pero no se lo concedió, sino que le dijo: «Vete a tu casa, donde los tuyos, y cuéntales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido compasión de ti.» Él se fue y empezó a proclamar por la Decápolis todo lo que Jesús había hecho con él, y todos quedaban maravillados. (Mc 5,1-20)

martes, 5 de junio de 2012

Experiencia monástica en Segovia

Monasterio de Santa María del Parral
Convivencia de discernimiento vocacional





No te lo creeras, pero los Monjes Jerónimos no podemos ofrecerte:
  • Una seguridad económica
  • Un futuro prometedor
  • Una paz psíquica
  • Una vida cómoda
  • Una independencia personal
  • Una felicidad superficial...
Lo que podemos ofrecerte es la posibilidad de participar en la vida cotidiana de nuestro Monasterio, para que conozcas nuestro modo de vivir el seguimiento de Cristo en la sociedad actual y tengas la posibilidad de plantearte tu vocación en la Iglesia. 


Fecha Son de 5 días, llegada por la tarde(el primer día), hasta la comida del quinto día. Ponerse en contacto según las fechas que convenga al participante y a la comunidad.
Participantes Jóvenes varones con edades comprendidas entre los  18 y los 30 años.Con inquietud de compromiso cristiano. En búsqueda atenta y serena del paso del Señor por sus vidas y abiertos a la acción de Dios. Atención personalizada. Dinámica
Atención personalizada, con posibilidad de participar activamente en la vida de la comunidad (liturgia, trabajo...). Habrá momentos de reflexión personal y de acompañamiento. El objetivo es ayudar a discernir la llamada que Cristo nos hace a cada uno. 
Para más información llamar o escribir:
40003 - Segovia
Teléfono: 921 431 298
Fax: 921 422 592

domingo, 6 de mayo de 2012

Obediencia, ¿sola o con leche?

"Así, pues, amados míos, como siempre habéis obedecido, no sólo cuando estaba presente, sino mucho más ahora que estoy ausente, con temor y temblor trabajad por vuestra salud" (Flp 2,12).

En el último retiro que hemos tenido en el seminario me puse tan... nervioso en la charla que tuve que salir inmediatamente a dar un paseo largo bajo la lluvia para poder bajar los humos. ¿Por qué? Normalmente todos los retiros tienen ese carácter marcadamente seminaril-cuasi-sacerdotal, cosa que ya de por sí no me atrae: en una tarde libre para el encuentro con Cristo no quiero estar en la misma onda que todos los días, sino descansar en su Amor, su Misericordia, su Palabra... como cualquier cristiano que pudiese.

Sin embargo, ésa no es la cuestión. A lo largo de toda la charla, sobre la configuración con Cristo, resonaba el tono de la obediencia, renunciar a la propia voluntad, transparencia, ser hombres expropiados, anteponer lo comunitario a los planes personales, la docilidad... Sí, sí, todo ello fijándose en Jesús. Pero, ¿no nos habremos quedado en una capa superficial y posterior? Todas esas facultades son verdaderas, todos estamos llamados a vivirlas, Jesús mismo las vivió. ¿Entonces?

S. Pablo dice "amados míos" y luego "habéis obedecido". Lo mismo aquí que en el resto de la Carta, y que en las demás. Del amor que les tiene les pide obediencia (no en vano es padre de la comunidad), pero es que ellos le obedecen y le piden consejo porque también lo aman. La obediencia brota del amor, y no al revés. Todo Flp 1 es un claro ejemplo de ello.

Y damos un paso más: ¿qué pasa con Jesucristo? De su íntima unión (de vida y amor) con el Padre (en el Espíritu) es donde tenemos que situar su obediencia a la voluntad del Padre. Veamos tan sólo un ejemplo: "Como el Padre me amó, yo también os he amado; permaneced en mi amor"; y luego sigue: "si guardáis mis preceptos, permaneceréis en mi amor, como yo guardé los preceptos de mi Padre y permanezco en su amor" (Jn 15,9-10). ¿Cuál es la línea temporal? Primero el amor, y seguida e inseparablemente la obediencia en el amor, y no al revés.

Todavía un paso más: sigamos leyendo el Evangelio citado: "Esto os lo digo para que yo me goce en vosotros y vuestro gozo sea cumplido" (Jn 15,11). También podemos incluir "la salud", "la salvación", de la que habla S. Pablo en el texto inicial. ¿Por qué obedecer? ¿Por el mero hecho de obedecer? ¿Porque simplemente es lo que tengo que hacer? ¿Porque es lo que hizo Jesús? No del todo. Si veíamos el amor como su fuente, vemos nuestra felicidad como su fin. La obediencia en el amor nos lleva a nuestro gozo porque confiamos en el que obedecemos, porque lo amamos y sabemos que lo que nos pide será lo mejor para nosotros, aunque yo no sea capaz de verlo inmediatamente. ¡Y qué narices! Porque el gozo que experimentamos es mayor si hacemos feliz a aquél a quien amamos.

Lo mismo que digo sobre la obediencia lo digo sobre la renuncia, la transparencia, la docilidad... Si no nacen del amor y nos llevan a amar más gozosamente, de nada me sirven. Son pasos en el Camino de Perfección, e incluso brotan espontáneamente del amor.

¿Se nota el cambio de perspectiva? Doy gracias a Dios por mis 8 meses y 8 días de medio-monje.

FJ

domingo, 29 de abril de 2012

Iesu Communio

"Por lo demás, hermanos míos, alegraos en el Señor" (Flp 3,1).

En el pasado Encuentro de Seminaristas de la Región del Duero (20-22 de Abril) tuvimos la ocasión de visitar el sábado 21 la comunidad de Iesu Communio de La Aguilera. Por muchas cosas que hayas oído hablar de ellas, no tiene comparación con verlas tú mismo.
Tras la bienvenida con una canción que ya te deja descolocado, la Madre Verónica nos dio su testimonio, luego algunas hermanas, y para terminar algunos de nosotros, seminaristas o formadores. Todo ello con limonada y pastas de por medio (¡no podía ser menos!).
Lo que primero llama la atención a todo el mundo es la alegría que despiden. No una alegría ñoña, sino verdadera, honda, de esa que se nota que invade el alma. Todas, desde la más joven a la más mayor, sean más expresivas o no, irradian una sonrisa desde el corazón.

"Conversad directamente con los de fuera, aprovechando las ocasiones. Sea vuestro discurso agradable, salpicado de sal, de manera que sepáis cómo os convenga responder en cada uno" (Col 4,5-6).

Los testimonios que las hermanas nos ofrecen son de lo más variopintos. Una abogada, otra farmacéutica, otra desde pequeña quiso ser monja y en cuanto pudo entró en el convento de Lerma... En una influyó poderosamente el testimonio de vida de su hermano seminarista, otra notaba que Jesucristo le pedía más y más cuanto más se acercaba a Él, a otra le ardía el corazón cuando escuchaba los CDs de las (todavía) "clarisas de Lerma"...
Las 2 horas que allí estuvimos se pasaron en un santiamén, entre risas, cantos y emociones. Y en todo se palpaba un amor enorme a Cristo y a la Iglesia.


"Aplicaos a la oración, velad en ella con hacimiento de gracias, orando a una también por nosotros, para que Dios nos abra puerta para la palabra, para anunciar el misterio de Cristo, por amor del cual estoy preso, a fin de que lo pregone según conviene que yo hable" (Col 4,2-3).

Para un seminarista o sacerdote ir a un convento de monjas es como un niño cuando va a casa de sus abuelos: todo es cariño y mimos. El amor por los sacerdotes que desprendían ellas en el locutorio lo llenaba entero y desbordaba. Los testimonios de seminaristas y curas llegando al final y los aplausos espontáneos de ellas con cada uno lo demuestran vivamente.
Y es que no hay que olvidar una cosa determinante: ellas están allí, en clausura, para orar por toda la Iglesia, para dar gracias a Dios, para estar continuamente con el Esposo, para que los demás demos más frutos... Y esto mucho más para con los pobres curas de pueblo, para que no decaigamos en nuestra misión de transparentar y anunciar a Jesucristo.

Todo ello bien lo recordaba la Madre Verónica en su testimonio. Precisamente ella fue quien me impactó mucho más que todo lo que ya he contado. Además de hablar con hondura y amor, noté que estaba sobrecogida. Ella misma nos dijo que no veía venir nada de todo esto, y que la supera. No sólo lo dice en verdad, sino que así se siente: pequeña, frágil, sin saber qué hacer o hasta dónde llegará todo... Pero confiada en los brazos del Señor.
Finalmente decir que incluso salí del locutorio triste por comparar La Aguilera con mis clarisas de Cuéllar. "¿Qué pasaría si dentro de unos años éstas estuvieran como las de Cuéllar? También querrían que unas jóvenes de otro convento viniesen a echarles una mano...". Pero con los días, meditándolo y pasándolo por el Sagrario, caí en la cuenta de algo: Iesu Communio es algo diferente, otro carisma monástico movido por el Espíritu: vivir la comunión eclesial en toda su intensidad (y recordárnosla a todos nosotros).

Como digo, lo que más me impactó fue sin duda la persona de la famosa Sor Verónica...

FJ

jueves, 19 de abril de 2012

miércoles, 4 de abril de 2012

Ser un hombre enamorado

Circuncidado al octavo día, de la raza de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo hijo de hebreos, y según la Ley, fariseo, y por el celo de ella perseguidor de la Iglesia; según la justicia de la Ley irreprensible. Pero cuanto tuve por ventaja lo reputo daño  por amor de Cristo, y aún todo lo tengo por daño, a causa del sublime conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por cuyo amor todo lo sacrifiqué y lo tengo por estiércol, con tal de gozar a Cristo. (Flp 3,5-8)

No me resistía a poner este texto de S. Pablo. Esta profundamente enamorado de Jesucristo, ¿eh?

Hace tiempo leí en un clásico de espiritualidad sacerdotal: el sacerdote (diocesano se entiende) se santifica por el ejercicio de su ministerio. No seré yo quien lleve la contraria a los clásicos. Pero yo, sinceramente, si no estoy enamorado... Y si cada día que pasa no me enamoro más...

El amor, la pasión de Pablo por su Señor es lo que le mueve a anunciar el Evangelio a tiempo y a destiempo, es decir, a realizar el ejercicio de su ministerio.

No sé si ya lo he puesto antes, pero hay un texto del Padre Arrupe que me parece importante recordar:

"No hay nada más práctico
que encontrar a Dios.
Es decir,
enamorarse rotundamente
y sin ver atrás.
Aquello de lo que te enamores
lo que arrebate tu imaginación,
afectará todo.
Determinará lo que te haga
levantar por la mañana,
lo que harás con tus atardeceres,
cómo pases tus fines de semana,
lo que leas, a quién conozcas,
lo que te rompa el corazón,
y lo que te llene de asombro
con alegría y agradecimiento.
Enamórate,
permanece enamorado,
y eso lo decidirá todo".

Ea, pues eso, menos actividades y más oración, que aunque el Padre Arrupe no es diocesano, tiene mucho que enseñarnos: si no nos cargamos de amor (de la Fuente) no podremos ir a todas esas actividades enamorados (y se nos nota...).

FJ

domingo, 18 de marzo de 2012

Palabras, hechos, silencio

Porque somos ciudadanos del cielo, de donde esperamos al Salvador y Señor Jesucristo. (Flp 3,20)

En medio de la controversia con los rigoristas judaizantes, Pablo pronunica estas palabras, para animar a no poner la confianza en las prácticas religiosas que se hagan, sino sólo en Dios, que es Quien da razón a las mismas. Cuando uno es "ciudadano del cielo", cumple esas prácticas espontáneamente, sin poner la esperanza de su Salvación en ellas.

La última película sobre San Agustín (estupenda) juega mucho con "la palabra", "los hechos" y "la verdad", y no sólo en los diálogos, sino en las escenas de toda la película: cada conversación no tiene desperdiciio, los hechos que van descolocando a San Agustín, la verdad que Agustín comienza a buscar y no halla hasta que la Verdad lo encuentra a él...

La verdad es que necesito más silencio para reposar todo (también el esceso de información). Lo de hablar por hablar o tener que quedar bien no lo termino de encajar, pero en la sociedad en la que vivimos... En el monasterio se hablaba poco (se escuchaba mucho). Ello te permitía que cada diálogo no tuviera desperdicio ("de lo que está lleno el corazón habla la boca"), que no perdieras la capacidad de sorprenderte con los acontecimientos, que no perdieras la tónica de la búsqueda-espera de la Verdad.

Comportémonos, pues, como ciudadanos del cielo, esperando con las lámparas encendidas al Único que puede salvarnos, para que cuando nos encuentre, no se avergüence de nosotros. Porque a veces siento que si viniera en ese momento en que mi comportamiento o mis palabras no son sinceras ni ejemplares...



FJ

domingo, 11 de marzo de 2012

Lectura de Dios

Por nada os inquietéis,sino que en todo tiempo, en la oración y en la plegaria, sean presentadas a Dios vuestras peticiones acompañadas de acción de gracias. Y la paz de Dios que sobrepuja todo entendimiento, guarde vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. (Flp 4,6-7)

Al hilo del anterior artículo, recuperar el tiempo de oración me parece de capital importancia. Recuerdo cómo fue calando poco a poco el rato de Lectura de Dios (Lectio Divina) de todas las mañanas. Hasta el punto de sentirte hablando por hablar con un amigo (con un Amigo en este caso). A fin de cuentas es lo que dice Sta. Teresa de Jesús: la oración es "tratar de amistad, estando muchas veces tratando a solas con quien sabemos nos ama".

Y qué mejor trato con Jesús en la oración que con Cristo Palabra.

Hay que soltarse, sin miedos ni prejuicios, sin esquemas rígidos prefijados. Cuando quedo a tomar unas cañas con un amigo lo que quiero es estar con él; no ahora hablar de esto, ahora de esto otro, ahora entramos, ahora salimos... como si fuera una reunión formal. Pues con la Palabra lo mismo, pero sin cañas.

Sé que cuestra trabajo (a mí ahora mucho, parece mentira), pero la asiduidad es fundamental: dos no se hacen verdaderamente amigos si no quedan y hablan con cierta frecuencia, sobre todo al principio.

Por eso, y para picar la curiosidad, os pongo unas notas de los que verdaderamente saben de esto:

S. Gregorio Magno: la Lectura de Dios "es el arte de estudiar el corazón de Dios".
Orígenes: "nadie puede penetrar el sentido del Evangelio si no ha descansado como Juan, en íntimo coloquio, sobre el pecho de Jesús".
S. Jerónimo: "sea tu custodia lo secreto de tu aposento y allá dentro recréese contigo tu Esposo. Cuando oras, hablas a tu Esposo; cuando lees, Él te habla a ti".
S. Isidoro de Sevilla: "muchas veces una lectura prolongada fatiga la memoria; por eso es mejor leer un párrafo, cerrar el libro, y reposar dentro del alma la verdad que se acaba de leer. De esta manera se leerá sin fatiga, y la doctrina no resbalará por la superficie del espíritu".
Casiano: "una vez arrojada toda preocupación y todo pensamiento terrestre, aplícate con asiduidad y sin intermisión a la lectura sagrada, hasta que laincesante meditación impregne tu espíritu y, por así decirlo, la Escritura te transforme a su semejanza".

¿Alguno habla de esquemas rígidos prefijados? Por eso hablo de "Lectura de Dios" y no de "Lectio Divina", que ya tiene suficientes prejuicios...

PD. Idea tomada de COLOMBÁS, La Lectura de Dios, altamente recomendado.

FJ

domingo, 4 de marzo de 2012

domingo, 26 de febrero de 2012

Hermana Pobreza

... Y no es por mi necesidad por lo que os digo esto, pues sé muy bien contentarme con lo  que tengo. Sé pasar necesidad y sé vivir en la abundancia; ... (Flp 4,11b-12a)

Seamos sinceros: en un monasterio no sólo se vive del trabajo manual y de la hospedería, también de las limosnas y donativos. Razón mayor para hablar de pobreza (pullita: hoy las órdenes mendicantes, ¿están están en esta situación?). Pero viviendo de la Providencia, y no ociosos sino cooperando con el trabajo propio, no falta de nada de lo necesario. Y es una buena medida del Espíritu para que nadie se pase y se acomode: sólo da para vivir con lo necesario.

La situación fuera cambia bastante. "Esto es una pelea de gallos", que diría uno. Aquí no hay protección que valga: uno tiene que apañárselas por sí mismo.

Ahora dependo de la diócesis, también económicamente. De vez en cuando mis padres o mis abuelos me siguen "dando la propina": suficiente para ir a verlos, tomarme algo con un amigo o imprimir algunas fotos, pero todo ello muy de guindas a brevas. ¿Lujos? No creo, ni aunque me los pudiera permitir. Cosas tengo muchas más de las que querría: libros, cds, ordenador, móvil, fotocopias de apuntes en tropecientas cajas...

Tengo de todo y me falta lo que me hace falta. Tengo de todo lo necesario para vivir y para la pastoral. Me falta la paz que me hace falta para ambas cosas.

Como veis lo de no tener voto de pobreza no lo llevo muy bien. Estoy deseando que alguien me diga un "supplet Ecclesia".



FJ

domingo, 19 de febrero de 2012

La Compañia del Anillo

Siempre que me acuerdo de vosotros doy gracias a mi Dios; siempre, en todas mis oraciones, pidiendo con gozo por vosotros, a causa de vuestra comunión en el Evangelio desde el primer día hasta ahora. (Flp 1,3-5)

Hoy toca clase de inglés (¡joooooooooo!): Fellowship = compañerismo; Friendship = amistad; Ship = barco.

Una barca en la que van compañeros (fellowship) no es lo mismo que una barca en la que van amigos (friendship). Aunque no quita para que te hagas amigo de tus compañeros, la perspectiva es diferente.

Ejemplo gráfico: El Señor de los Anillos. Gandalf, Aragorn, Frodo, Sam, etc. etc. forman "la Compañía del Anillo" (Fellowship of the Ring). El objetivo es claro: objetivo primario, destruir el Anillo Único de Sauron; objetivo secundario, proteger a Frodo (para que éste cumpla el objetivo primario). Ahora bien, ¿qué pasa cuando quedan solos Frodo y Sam. Para Sam está claro: objetivo primario, proteger a Frodo; objetivo secundario, destruir el Anillo (para poder cumplir verdaderamente el objetivo primario). ¡Hay diferencia, eh!

Damos un paso más: Comunidad. No es lo mismo una comunidad "de paso" que una comunidad "estable". En una comunidad "de paso" prima el compañerismo, y puedes hacer más o menos amistades. Se comparte un objetivo común y todos caminan juntos hacia ello (no tiene por qué ser destruir un anillo...). En una comunidad "estable" prima la amistad, que tú puedas entablar amistad con quien compartes camino. Por cierto, se camina juntos por el mero hecho de disfrutar el camino que se está haciendo. Y en este caso, no hay que alcanzar un objetivo, pues Jesucristo mismo es el Camino (Jn 14,6) y, por sea caso, nos sale al encuentro para caminar con nosotros como amigo si entre nosotros hay comunidad (Lc 24,13ss).

¿Será por eso que S. Benito optó por una comunidad estable?

FJ

domingo, 12 de febrero de 2012

Una pinta de Humildad, por favor

Tened los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús, quien existiendo en la forma de Dios, no reputó codiciable tesoro mantenerse igual a Dios, antes se anonadó, tomando la forma de siervo y haciéndose semejante a los hombres; y en la condición de hombre se humilló, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. (Flp 2,5-8)

San Benito en su Regla tiene mucho escrito sobre la humildad. Incluso establece unos grados, para que uno vaya ejercitándose poco a poco en ella. Lo bueno del monasterio es que "el tiempo se dilata" (como escribíamos en otro artículo), y uno, mano a mano con Jesucristo, y con una pocas ganas de avanzar cada día, va dando pasitos. En el mundo (como diría S. Benito) no sucede así: o aprendes rápito o te lo harán aprender. Lo malo de la situación es que suele ser más bien lo segundo.

En realidad estamos confundidos. La humildad no se aprende en sí misma. Uno no puede trabajar por ser humilde. No hay ningún gimnasio con una máquina para ejercitar ese músculo. Te puedes fijar en "no reputó codiciar..." y decirte "no voy a codiciar nada"; al día siguiente ya hay una maquinita en el mercado que está en oferta y te vendría genial para... evangelizar, por supuesto. O bien puedes tomar "la forma de siervo", empeñarte en ello; y a la noche, en el examen de conciencia, sentirte orgulloso de ello mismo. "Hacerte semejante a los hombres": ¡eso sí es encarnar el Evangelio! Por ahí van mejor los tiros... Y al final el que te encarnas eres tú, y se te han pegado todas las cosas malas en el proceso. Entonces vamos a probar la obediencia, que eso sí es negarse a sí mismo. Y llega un punto en que te das cuenta que hasta has apartado lo mejor que había en ti y, por tanto, las gracias y dones que el Espíritu te había ido regalando, hasta el punto de (casi) no reconocerte.

¡Ay, amigo! Es que se te olvida una cosa: "tened los mismos sentimiento que tuvo Cristo Jesús". ¡Ése es el verdadero objetivo! Ser como Jesucristo, hasta en el sentir, el mirar, el hablar... Cristo es el centro, y queremos llevarlo dentro.

¿Y cómo se trabaja eso? No se trabaja: se pide. Y llegará un punto en que uno cae en la cuenta de que ya no le importa crecer en la humildad, porque ya es humilde.

FJ

domingo, 5 de febrero de 2012

Rutina

Hermanos, yo no creo haberla aún alcanzado; pero dando al olvido lo que queda atrás, me lanzo en persecución de lo que tengo delante, corro hacia la meta, hacia el galardón de la soberana vocación de Dios en Cristo Jesús. (Flp 3,13-14)

Hace poco lo comentaba con un formador: ¡esta rutina me está matando! De la Ponti al Teologado, del Teologado a la Ponti. De mesa y libros a mesa y libros. Mismas conversaciones y chistes día tras día (al menos en clase es más variado). ¿No hay tiempo para tomar un café con un amigo y que parezca un día diferente? ¿Es que lo que diferencia un día de otro es lo que ponen por la noche en la tele? ¡Aaaaaaaaaaah!

¿Puede verse peor? Pues sí. Que te digan: "pues la vida del cura es muy rutinaria, más que aquí". ¡Aaaaaaaaaaaaah! Yo que pensaba que si uno quiere puede vivir muy bonito siendo cura de pueblos... El largo tiempo de oración y estudio de primera hora de la mañana, cocinar y hacer las tareas de casa, visitar a la gente en sus casas (enfermos o no), catequesis y grupos de las parroquias, acompañamiento de gente, compartir con los compañeros la convivencia, tiempo de confesionario, LA MISA... ¡Y ahora resulta que es mucho más rutinario! ¡¿Hay que acostumbrarse desde ahora?!

"Acostumbrarse"... ummmm. Interesante. Alguien me dijo una vez: "nunca te acostumbres", y no solamente iba dirigido a la Eucaristía...

A lo mejor es por eso que haciendo lo mismo todos los días en el Monasterio uno no cae en la rutina sino que cada día es novedoso...

Me gustaría vivir cada día con el ímpetu de S. Pablo.

FJ

domingo, 29 de enero de 2012

Hazme vivir (turn me on)

Es bueno de vez en cuando recordar que es Cristo quien nos salva, que Él es el Médico de los cuerpos y de las almas (como dicen los Santos Padres). Pidámosle eso mismo: que venga a nosotros y nos salve.



Doctor, doctor te necesito mal  /  Llámame baby
Doctor, doctor, ¿dónde estás?  /  Dame algo
Necesito tu amor  /  Necesito tu amor
Necesito que me ames
Posees ese tipo de medicina que me tiene como loca

Mi cuerpo necesita un héroe
Ven y sálvame
Algo me dice que tú sabes cómo salvarme
Me he estado sintiendo mal
Oh, necesito que vengas y me rescates

OH UH OH OH OH

Hazme revivir   /   Ven y enciéndeme,
Tócame, salva mi vida  /  Ven y enciéndeme,
Soy demasiado joven para morir
Ven y enciéndeme,
Enciéndeme

Chico , estoy sufriendo, hazlo bien
Mi temperatura está super alta
Si grito, si lloro
Es sólo porque me siento viva

Mi cuerpo necesita un héroe
Ven y sálvame
Algo me dice que tú sabes cómo salvarme
Me he estado sintiendo mal
Oh, necesito que vengas y me rescates

OH UH OH OH OH

Hazme revivir  /  Ven y enciéndeme,
Tócame, salva mi vida  /  Ven y enciéndeme,
Soy demasiado joven para morir
Ven y enciéndeme,
Enciéndeme

Tienes mi vida en la palma de tus manos
Ven y sálvame ahora

Sé que puedes, sé que puedes…

lunes, 2 de enero de 2012

Monje Vs. Cura

Sed, hermanos, imitadores míos y atended a los que andan según el modelo que en nosotros tenéis (Flp 3,17).

Tras un mes de diciembre movidito, retomar el blog con fuerza se impone (y no es uno de esos "propósitos para el año nuevo").

A lo largo de toda la historia la vida monástica siempre ha sido algo atrayente para muchos. Es bien conocido que el Santo Cura de Ars quiso dejar la vida pastoral para entrar en un monasterio cisterciense. Se intentó escapar unas 3 veces, pero siempre lo interceptaron (y eso que dicen que "a la tercera va la vencida"...). Soy de los que opinan que en realidad nunca quiso ser monje, porque cuando uno quiere verdaderamente algo, lo consigue. Cualquiera que lea los relatos de sus fugas notará una gran diferencia con Prison Break (jeje).

¿Qué es lo que en realidad mueve a un hombre a querer dejarlo todo-TODO para ser monje (eremita o cenobita)? SÓLO DIOS. Antes que el Hno. Rafael hay otros muchos que dirían esto mismo. Y precisamente todos ellos (en lo de "hombre" van varón y mujer, of course) son los que descubrieron la perla, aunque no todos consiguieran su propósito.

Ejemplo clarísimo: S. Basilio Magno y S. Gregorio de Nacianzo "el Teólogo", que hoy celebramos. Arriesgaron todo para ser monjes (eremitas en este caso), pero los planes de Dios eran otros. Eso sí, aunque ejercieran una vida pastoral en la Iglesia, siempre mantuvieron un anhelo de Dios enorme en sus corazones. Sus numerosos escritos lo confirman (no en vano son Padres de la Iglesia). Y cuanto más querían unirse a Dios, más lo conocían, más lo proclamaban... y más sed tenían.

Damos un paso más: "Señor, Dios nuestro, que estos sacramentos enciendan en nosotros el fuego de amor que abrasó los corazones de S. Basilio y S. Gregorio Nacianceno y les impulsó a entregarse sin reserva al servicio de la Iglesia" (una de las oraciones post-comunión para la Misa de hoy).

¿Alguien da más?

Basta por esta vez. Tan sólo una última pregunta: ¿hubieran sido los mismos sin su experiencia de vida monástica? O mejor, mejor: ¿era cosa de Dios que hubieran tenido esa inquietud y esa vivencia?

FJ