domingo, 26 de febrero de 2012

Hermana Pobreza

... Y no es por mi necesidad por lo que os digo esto, pues sé muy bien contentarme con lo  que tengo. Sé pasar necesidad y sé vivir en la abundancia; ... (Flp 4,11b-12a)

Seamos sinceros: en un monasterio no sólo se vive del trabajo manual y de la hospedería, también de las limosnas y donativos. Razón mayor para hablar de pobreza (pullita: hoy las órdenes mendicantes, ¿están están en esta situación?). Pero viviendo de la Providencia, y no ociosos sino cooperando con el trabajo propio, no falta de nada de lo necesario. Y es una buena medida del Espíritu para que nadie se pase y se acomode: sólo da para vivir con lo necesario.

La situación fuera cambia bastante. "Esto es una pelea de gallos", que diría uno. Aquí no hay protección que valga: uno tiene que apañárselas por sí mismo.

Ahora dependo de la diócesis, también económicamente. De vez en cuando mis padres o mis abuelos me siguen "dando la propina": suficiente para ir a verlos, tomarme algo con un amigo o imprimir algunas fotos, pero todo ello muy de guindas a brevas. ¿Lujos? No creo, ni aunque me los pudiera permitir. Cosas tengo muchas más de las que querría: libros, cds, ordenador, móvil, fotocopias de apuntes en tropecientas cajas...

Tengo de todo y me falta lo que me hace falta. Tengo de todo lo necesario para vivir y para la pastoral. Me falta la paz que me hace falta para ambas cosas.

Como veis lo de no tener voto de pobreza no lo llevo muy bien. Estoy deseando que alguien me diga un "supplet Ecclesia".



FJ

domingo, 19 de febrero de 2012

La Compañia del Anillo

Siempre que me acuerdo de vosotros doy gracias a mi Dios; siempre, en todas mis oraciones, pidiendo con gozo por vosotros, a causa de vuestra comunión en el Evangelio desde el primer día hasta ahora. (Flp 1,3-5)

Hoy toca clase de inglés (¡joooooooooo!): Fellowship = compañerismo; Friendship = amistad; Ship = barco.

Una barca en la que van compañeros (fellowship) no es lo mismo que una barca en la que van amigos (friendship). Aunque no quita para que te hagas amigo de tus compañeros, la perspectiva es diferente.

Ejemplo gráfico: El Señor de los Anillos. Gandalf, Aragorn, Frodo, Sam, etc. etc. forman "la Compañía del Anillo" (Fellowship of the Ring). El objetivo es claro: objetivo primario, destruir el Anillo Único de Sauron; objetivo secundario, proteger a Frodo (para que éste cumpla el objetivo primario). Ahora bien, ¿qué pasa cuando quedan solos Frodo y Sam. Para Sam está claro: objetivo primario, proteger a Frodo; objetivo secundario, destruir el Anillo (para poder cumplir verdaderamente el objetivo primario). ¡Hay diferencia, eh!

Damos un paso más: Comunidad. No es lo mismo una comunidad "de paso" que una comunidad "estable". En una comunidad "de paso" prima el compañerismo, y puedes hacer más o menos amistades. Se comparte un objetivo común y todos caminan juntos hacia ello (no tiene por qué ser destruir un anillo...). En una comunidad "estable" prima la amistad, que tú puedas entablar amistad con quien compartes camino. Por cierto, se camina juntos por el mero hecho de disfrutar el camino que se está haciendo. Y en este caso, no hay que alcanzar un objetivo, pues Jesucristo mismo es el Camino (Jn 14,6) y, por sea caso, nos sale al encuentro para caminar con nosotros como amigo si entre nosotros hay comunidad (Lc 24,13ss).

¿Será por eso que S. Benito optó por una comunidad estable?

FJ

domingo, 12 de febrero de 2012

Una pinta de Humildad, por favor

Tened los mismos sentimientos que tuvo Cristo Jesús, quien existiendo en la forma de Dios, no reputó codiciable tesoro mantenerse igual a Dios, antes se anonadó, tomando la forma de siervo y haciéndose semejante a los hombres; y en la condición de hombre se humilló, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. (Flp 2,5-8)

San Benito en su Regla tiene mucho escrito sobre la humildad. Incluso establece unos grados, para que uno vaya ejercitándose poco a poco en ella. Lo bueno del monasterio es que "el tiempo se dilata" (como escribíamos en otro artículo), y uno, mano a mano con Jesucristo, y con una pocas ganas de avanzar cada día, va dando pasitos. En el mundo (como diría S. Benito) no sucede así: o aprendes rápito o te lo harán aprender. Lo malo de la situación es que suele ser más bien lo segundo.

En realidad estamos confundidos. La humildad no se aprende en sí misma. Uno no puede trabajar por ser humilde. No hay ningún gimnasio con una máquina para ejercitar ese músculo. Te puedes fijar en "no reputó codiciar..." y decirte "no voy a codiciar nada"; al día siguiente ya hay una maquinita en el mercado que está en oferta y te vendría genial para... evangelizar, por supuesto. O bien puedes tomar "la forma de siervo", empeñarte en ello; y a la noche, en el examen de conciencia, sentirte orgulloso de ello mismo. "Hacerte semejante a los hombres": ¡eso sí es encarnar el Evangelio! Por ahí van mejor los tiros... Y al final el que te encarnas eres tú, y se te han pegado todas las cosas malas en el proceso. Entonces vamos a probar la obediencia, que eso sí es negarse a sí mismo. Y llega un punto en que te das cuenta que hasta has apartado lo mejor que había en ti y, por tanto, las gracias y dones que el Espíritu te había ido regalando, hasta el punto de (casi) no reconocerte.

¡Ay, amigo! Es que se te olvida una cosa: "tened los mismos sentimiento que tuvo Cristo Jesús". ¡Ése es el verdadero objetivo! Ser como Jesucristo, hasta en el sentir, el mirar, el hablar... Cristo es el centro, y queremos llevarlo dentro.

¿Y cómo se trabaja eso? No se trabaja: se pide. Y llegará un punto en que uno cae en la cuenta de que ya no le importa crecer en la humildad, porque ya es humilde.

FJ

domingo, 5 de febrero de 2012

Rutina

Hermanos, yo no creo haberla aún alcanzado; pero dando al olvido lo que queda atrás, me lanzo en persecución de lo que tengo delante, corro hacia la meta, hacia el galardón de la soberana vocación de Dios en Cristo Jesús. (Flp 3,13-14)

Hace poco lo comentaba con un formador: ¡esta rutina me está matando! De la Ponti al Teologado, del Teologado a la Ponti. De mesa y libros a mesa y libros. Mismas conversaciones y chistes día tras día (al menos en clase es más variado). ¿No hay tiempo para tomar un café con un amigo y que parezca un día diferente? ¿Es que lo que diferencia un día de otro es lo que ponen por la noche en la tele? ¡Aaaaaaaaaaah!

¿Puede verse peor? Pues sí. Que te digan: "pues la vida del cura es muy rutinaria, más que aquí". ¡Aaaaaaaaaaaaah! Yo que pensaba que si uno quiere puede vivir muy bonito siendo cura de pueblos... El largo tiempo de oración y estudio de primera hora de la mañana, cocinar y hacer las tareas de casa, visitar a la gente en sus casas (enfermos o no), catequesis y grupos de las parroquias, acompañamiento de gente, compartir con los compañeros la convivencia, tiempo de confesionario, LA MISA... ¡Y ahora resulta que es mucho más rutinario! ¡¿Hay que acostumbrarse desde ahora?!

"Acostumbrarse"... ummmm. Interesante. Alguien me dijo una vez: "nunca te acostumbres", y no solamente iba dirigido a la Eucaristía...

A lo mejor es por eso que haciendo lo mismo todos los días en el Monasterio uno no cae en la rutina sino que cada día es novedoso...

Me gustaría vivir cada día con el ímpetu de S. Pablo.

FJ