El domingo pasado terminé el día con un pitido en los oídos terrible de tanto oir: "pero si todavía eres un bebé...". ¡Pero bueno! ¿Los bebés llevan barba?
Pero ha decir verdad, sí que estoy en el monasterio como "el chaval". La gente que sube a Misa los domingos se decían: "eh, acércate, que hoy es el cumpleaños del chico". El momento se acercaban a saludarme antes de comenzar la celebración (y también después), me plantaban un par de besos (ellas) o un buen abrazo a lo vasco que casi me rompen (ellos), y nos echábamos unas risas.
Los hermanos no fueron menos. Se lo guardaron todos hasta después de Laudes (en el desayuno yo bajé el último y con el tiempo justo, para evitar los tirones de orejas y eso). En seguida todos me dieron un cariñoso abrazo y me hacían alguna bromita con la edad. Y es que el siguiente en el monasterio tiene más del doble de mis años...
Pero en la convivencia de cada día así como en los días más especiales no se nota tanto. Si me apuras, hasta nos une más. Lo único que noté desde el principio es un cariño muy grande y una sonrisa en cada uno de ellos, y es lo que procuro cuidar por mi parte. No entiendo a los jóvenes como yo que dicen que entrarían en alguna orden si no fueran tan viejos, lo mismo que los que opinan que las parroquias están llenas de viejas. Eso es de cobardes y de gente que prefiere tirar balones fuera en vez de plantearse su vida seriamente. Lo que a mí me aporta cada hermano (desde el más mayor, con 83 años) y la comunidad entera en su conjunto no es menos que lo que yo puedo aportar con 24 años.
Mis padres se acercaron hasta Zenarruza para celebrar mi cumpleaños y comer juntos. Con el ponche segoviano que me trajeron (el mejor postre del mundo no hecho por mano de monje o monja), conseguimos batir un record: 4 tartas de cumpleaños. Menos mal que el hermano cocinero es sabio y las va racionando...
FJ
PD. Muchísimas gracias, esto es, eskerrik asko a todos por vuestras llamadas, mensajes y (sobre todo) oraciones y vuestro cariño.
Hola, llegué a tu blog por casualidad y la verdad es que me gusta mucho. Felicidades por el blog y por tus 24 años ! Yo he sido uno de esos cobardes que no iba a Misa porque pensaba que solo había viejos...menos mal que aquello ya pasó! aunque si es verdad que a los jovenes de hoy la sociedad nos lo pone bastante difícil. Hay que recordar a Juan Pablo ll "no tengais miedo de abrir las puertas de vuestro corazón a Cristo". Un abrazo.
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