miércoles, 20 de noviembre de 2013

Jerónimos (2): Sentido de la vida contemplativa

¿Qué sentido tiene la vida contemplativa en nuestras comunidades religiosas?

Responden los monjes jerónimos del Parral


Siempre que me preguntan por el sentido de la vida contemplativa, y no son pocas veces, me vienen a la mente las respuestas que dieron a dicha cuestión dos hombres de la Iglesia. Sus palabras, creo, resopnden sobradamente al tema.

Cardenal Basil Hume
El cardenal Basil Hume, monje benedictino y Primado de la Iglesia de la Iglesia católica en Inglaterra, escribía: "Los monjes no nos consideramos poseedores de una misión o función especial en el seno de la Iglesia. No creemos que estemos destinados a cambiar el curso de la historia. Estamos aquí, eso es todo, y casi accidentalmente, desde un punto de vista humano. Y afortunadamente seguimos estando aquí, eso es todo".

P. Timothy Radcliffe o.p.
El P. Timothy Radcliffe, o.p., Maestro General de la Orden Dominicana, comentaba así estas palabras: "Los monjes están aquí, eso es todo. Y su vida no tiene, pues, más sentido que el de anunciar el cumplimiento del tiempo, el encuentro con Dios. Son como las personas que esperan en la parada del autobús. El mero hecho de que estén allí indica que el autobús llega con toda seguridad".

No se trata de un sentido provisional o parcial. No tienen hijos ni carrera profesional, ni obras, ni promociones, ni utilidad. Precisamente en su misma ausencia de sentido, su vida revela una plenitud de significado que escapa a toda definición, de la misma forma que la tumba vacía anuncia la Resurrección, o el resplandor en la órbita de una estrella indica el planeta invisible.

Hablar pues del sentido -sin sentido- de la vida monástica, en una sociedad plenamente utilitarista y funcional como la nuestra, es estar destinados a no ser entendidos y apreciados.

A pesar de esto, estar convencidos de que ahora más que nunca, Dios necesita la presencia de hombres y mujeres que hagan de la oración, el silencio y la soledad el motivo de sus vidas, es un hecho que no puede dejar indiferente a una conciencia reflexiva.

Por eso Karl Rahner apuntó una exigente frase que alerta al contemplativo: "Tu experiencia, monje, si es auténtica, es terrible, porque me dices a mí y al mundo que tu perla es auténtica, ya que por ella lo has dejado todo y le has dedicado toda tu intimidad".

(Fuente: RUBIO CASTRO, Ángel, Voces desde el interior: comunidades claustrales en Segovia, Segovia, 2011).

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