domingo, 5 de diciembre de 2010

Hace un riski que refreska el rostro

No hablo de indigencia, pues he aprendido a bastarme como me encuentro. Sé carecer y abundar. Estoy plenamente iniciado en la saciedad y el ayuno, en la abundancia y en la escasez. Todo lo puedo con el que me da fuerzas (4,11-13).
Las ciudades de Castilla se ponen preciosas con nieve, pero esto se pone impresionante. Primer día de diciembre, primer día de nieves. Las dos primeras horas cayó tanto como en Salamanca toda una noche. Aunque ahora no queda apenas algo en los tejados, el Óiz sigue completamente blanco.
Si ya soy muy niño para muchas cosas, con nieve más. La primera mañana nevada salí al patio, y al ver a uno de los hermanos comencé a disparar. Torpe de mí: el hermano era un novicio, y como van de camuflaje (hábito completamente blanco) no acerté ni una...
Con nieve parece que el frío se lleva mejor. Aunque después de una hora y media en la iglesia (desde las 5:30 de la mañana), uno corre buscando una ducha caliente o una estufilla encendida. Y llego a pensar si me estaré retrotrayendo a etapas más primitivas de religiosidad: el culto al fuego.
Porque aquí con el frío se funciona de la misma manera que con el resto de cosas: con sencilla austeridad. Un par de horas de calefacción en la mañana y otro par a la tarde son suficientes, y estufilla sólo en el Escritorio para que se temple (si no, cualquiera está una hora parado meditando delante de un libro...). Para todo lo demás... valentía y oración.
Digo que como el resto de cosas y sólo apunto algunas: todo funciona una hora antes, y una hora menos de sueño (acostarse a las 22h., levantarse a las 5h.); dieta basada en productos de la huerta y algo de pescado; ropa justa y necesaria (3 camisetas, 3 pantalones, 3 jerseys...); ducha rápida y no todos los días; 0 portátil, 0 móvil, 0 MP3 como propios; etc. etc.
Sin embargo, "sé carecer y abundar": por cada cosa buena y necesaria que uno se quita, Dios la recompensa con abundantes bendiciones para aquellos que se nos encomiendan.
FJ

1 comentario:

  1. ¡A las buenas!

    Voy a ir por partes, de la menos seria a la más importante:

    Sobre el novicio de blanco... esperáte a que sea primavera y le lanzas barro, seguro que no tiene dónde camuflarse y tendrás tu venganza... jajajajaja.

    Y sobre el culto al fuego: En la Biblia aparecen varios casos en los que Dios se manifiesta a través del fuego, el primero a Moisés, que se le presenta como una zarza ardiendo, y el segundo, el propio Espíritu Santo, una de las tres personas de la Trinidad, se nos presenta a los cristianos como llamas de fuego...

    Así que más que volver a una religiosidad primitiva como dices , encender un fuego puede convertirse en una alabanza a Dios por habernos revelado sus grandeza.

    Un abrazo.

    Nico

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