lunes, 28 de enero de 2013

¿Por qué Zenarruza? (y 2)

Subido Él en la barca, el endemoniado le suplicaba que le permitiese acompañarle. Mas no se lo permitió, antes le dijo: Vete a tu casa y a los tuyos y cuéntales cuanto el Señor ha hecho contigo y cómo ha tenido misericordia de ti. Y él se fue y comenzó a predicar en la Decápolis cuanto le había hecho Jesús, y todos se maravillaban (Mc 5,18-20).

En el Evangelio según S. Marcos, el primer enviado por Jesucristo a anunciar sus maravillas es alguien que apenas ha pasado un rato con Él. El endemoniado es liberado, y unos instantes después, cuando quiere marcharse con Jesús para estar con Él, Éste lo envía a predicar por su tierra.
Algunos se preguntaban por qué Zenarruza. Otros, por qué 8 meses (y 8 días). Otros, por qué entonces. Otros... La respuesta es sencilla: y yo qué sé...
Un año entero para discernir (con los formadores y unos pocos amigos). Cada vez crecía más en mi interior la certeza de que el Señor me llamaba a estar con Él allí, fuese para un tiempo o para toda la vida. Es la llamada al desierto. Y como todo desierto (Israel saliendo de Egipto, Jesús antes de su vida pública, los primeros monjes...) es la llamada al encuentro de Dios.
El encuentro con Dios, con Jesucristo, ésa es la clave. ¡Qué cristiano podría ser sin haberme encontrado con Jesucristo! Saberte amado, querido por el Padre sin haber hecho nada a cambio para recibir tanto amor; experimentar cómo Jesús mismo dialoga contigo en su Palabra; saber que ya no eres dueño de tu vida, sino que es Él quien la va guiando... En mi caso, pues, Zenarruza supuso el encuentro con Jesucristo que no sabía que me faltaba...

Ahora bien, ¿por qué no Zenarruza? Esto es, ¿por qué no fue para toda la vida? Ya me gustaría saberlo a mí...
Como al endemoniado del Evangelio no se le concedió el poder estar con Jesús, en la intimidad de los apóstoles y discípulos más cercanos, quizá a mí tampoco se me otorgó ese gran regalo que es ser monje. ¿Supuso una tristeza o un derrumbamiento para él? Tampoco lo supuso para mí. El geraseno tuvo la dicha de ser liberado de todas sus ataduras y demonios para predicar con valentía y alegría a todos los que le conocían y a todos los gentiles de la Decápolis lo que le había sucedido, las maravillas que Dios hacía a través de Jesucristo, el encuentro tan maravilloso que le había cambiado la vida... Si a mí me ha sucedido lo mismo, ¿debería yo andar cabizbajo o callar lo que llevo dentro? Todo lo contrario: con gozo interior el Señor me envía, a donde Él quiera.
Que me hubiera gustado acompañar a Jesús siendo monje, por supuesto; que el Señor no me lo permitió, sino que me dijo Vete ... y cuéntales cuanto el Señor ha hecho contigo y cómo ha tenido misericordia de ti, así sea.

2 comentarios:

  1. Fran, Zenarruza te espera y te necesita.¡Aquí te esperamos !Pero Él sbe mejor que tú y mejor que yo donde te quiere mejor.
    Un abrazo Santi.

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  2. Me uno al comentario de Santi, Él lo sabe, ¿sabemos nosotros interpretarlo?.
    Un saludo Txema

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